martes, 23 de enero de 2018

CTM

Subirse al metro, verla pasar con todas sus formas convexas, cóncavas y planas y pensar: “ ctm” (la frustración del que sabe que nunca alcanzará semejante mujer).
Bajarse del metro para el cambio de tren, abrir un jugo darlos dos sorbos, guardarlo en la mochila, se cae y abre… se derrama.
Querer hacerse el huevon, la vieja del al lado lo nota y exclama: “avise a la señora de verde, ve que se puede caer alguien”, dicho sea de paso, nadie le pregunta.

Ir donde la señora de verde, explicarle que todas las mañanas me jabono las manos, pero nunca me enjuago.  Pasa el tren todos se bajan, nadie se cae, me pierdo el tren y pensar: "ctm".